El domingo 19 de diciembre de 1993, Oswaldo Mackenzie enloqueció a la afición del Junior en el estadio Metropolitano y enmudeció a la del Medellín en el Atanasio Girardot.

A la misma hora que el ‘Nene’ marcaba el gol que le daba la tercera estrella al equipo tiburón, los jugadores, cuerpo técnico e hinchas del ‘Poderoso de la Montaña’ festejaban el campeonato después de 46 años.

Medellín acababa de ganarle 1-0 al Atlético Nacional, con gol de Carlos Castro, pero en Barranquilla el partido iba 2-2 y seguía jugándose.

Con su triunfo, Medellín llegaba a 7 puntos, Junior y América tenían 6 y Nacional quedaba con 5.

Mientras en el Atanasio Girardot, los jugadores del Medellín y su técnico Luis Augusto ‘Chiqui’ García eran llevados en hombros con un collar de arepas sobre su cuello.

Carlos Enrique ‘La Gambeta’ Estrada, delantero del equipo rojo estaba entregando declaraciones en las que expresa su felicidad por ser nuevamente campeón del fútbol (ya lo había sido con Millonarios), hasta que en plena transmisión se escuchó “¡Gol en Barranquilla, gol del Junior!”.

Estrada se quedó en silencio varios segundos esperando que le confirmaran si era cierto que Junior había marcado gol. Cuando el entrevistador le dijo que Mackenzie había marcado el gol de la victoria del equipo tiburón, Estrada se despojó de sus audífonos y, casi al borde de las lágrimas, se retiró del lugar.

Los rostros de los jugadores del Medellín eran de incredulidad. Fueron campeones por pocos minutos, pero el gol agónico de Mackenzie los condenaba a seguir esperando un título que no ganaban desde 1957.

Mientras tanto, en Barranquilla todo era felicidad. Mackenzie había transformado un gol una jugada fantástica que nació en el cobro de un tiro de esquina a favor del América. El rechazo de cabeza de Lucho Grau le quedó a Iván René Valenciano, quien la cedió a Víctor Danilo Pacheco, que recorrió varios metros antes de dársela al ‘Pibe’ Valderrama. El capitán del Junior, con varios rivales encima, hizo un enganche hacia adentro que los dejó pagando y luego, con un toque sutil, se la sirvió a Mackenzie que venía entrando. El ‘Nene’, con una frialdad pasmosa, encaró a Óscar Córdoba, lo eludió y remató de zurda. Golazo. 3-2 y Junior campeón por tercera vez en su historia.

“Todavía los están buscando en Pescaíto”, dice el ‘Pibe’ Valderrama cada vez que recuerda a los jugadores del América que engañó con su amague.

Para muchos ha sido el título más emocionante del Junior y el de Mackenzie el gol más hermoso en la historia del equipo.